Nuestros vinos, nuestros productos, nuestras ferias

Articulo de Manuel Duran sobre la actualidad de los vinos en España

Muchos restaurantes de Bilbao y alrededores prepararon cenas con algunas de estas especialidades y tuve el placer de participar en una de ellas en el restaurante del museo Goggenheim donde nos sirvieron seis platos y dos postres con los que pudimos degustar seis vinos muy originales traídos por sus productores que nos recrearon con interesantes descripciones sobre cada una de ellos. La cena duró cuatro horas que se pasaron muy agradablemente.

Creo que todos estaremos de acuerdo en que fue una suerte que a nadie se le hubiese ocurrido construir ese museo imitando el homónimo de Nueva York o el de Berlín Esto nos permitió saborear una cena muy original en un edificio original y con unos vinos originales, productos muy variados y todos ellos exquisitos. Nada de imitaciones.

Con relación a los vinos, empezamos con una Malvasía seca de Sitges de Vega de Ribes, seguido por un Mencía del Bierzo marca Pittacum, una Garnacha de Murero (Zaragoza) de las bodegas Vinea Mureri, un Tempranillo de viñedos de más de 70 años a más de 900 metros de altitud en Valdearados del Dominio del Cuco, un vino de la variedad Vidadillo de Bodegas Pablo, para acabar con un vino experimental hecho con la variedad Maturana por el Catedrático de Viticultura de la Universidad de la Rioja Fernando Martínez de Toda.

Esta agradable cena tuvo lugar la víspera del “Encuentro” (mesa redonda) con el titulo “Vinos de Uvas autóctonas en España” en el que tuve el placer de participar. La cena de la noche anterior me permitió decir, con convicción, que lo que es verdaderamente interesante es que el vino sea original. Para eso no es suficiente que el terruño sea diferente. La prueba es que lo que se indica en la etiqueta principal es el nombre de la variedad de la uva utilizada y no que es vino de tierra caliza o de pizarra

Hay personas meticulosas que dicen que no podemos llamar autóctonas a las variedades tradicionales porque no podemos certificar que hayan existido en España desde que se creó este planeta, pero si nos guiamos por esas minucias, los españoles tenemos que decir que somos todos inmigrantes ya que todo indica que nuestros antepasados vinieron de África. Nada sería autóctono. Algunas de estas personas piensan, en cambio, que si una variedad francesa esta plantada en “terroir” español desde hace algunos años, su vino ya se puede considerar español. A mi esto me parece una contradicción y un disparate. Para la imagen de España no es bueno producir imitaciones de vinos extranjeros, son vinos travestidos ya que esconden su verdadera procedencia, vinos de imitación como los bolsos y los CD que venden los “top manta”. ¡Se hace competencia deshonesta a los viticultores franceses vendiendo sus variedades, a precio más bajo!

Desgraciadamente hubo una metedura de pata: la Enoteca de la Feria ofrecía para degustación un Sauvignon Blanc de Nueva Zelanda que contribuyó al cambio climático poluyendo con su transporte desde un país tan lejano. No tiene lógica ir a buscar un sauvignon a Nueva Zelanda cuando podemos comprar el original a nuestros vecinos.