Practicar Slow Food

Casi sobrepasado el aforo de 200 personas del Salón de Actos del Centro Integrado de Formación Profesional Ciudad de Aprendiz,  para asistir a la presentación del Movimiento Slow Food. 

Dos horas largas de presentación, taller demostrativo, turno de preguntas, debate y corrillos para dar a conocer lo que desde el Movimiento Slow Food se está haciendo por la salvaguarda de la biodiversidad, la educación del gusto, la sostenibilidad, la ética y por devolver el debido valor al alimento.

La intención de esta presentación ha sido despertar la curiosidad y sensibilizar a los futuros profesionales de hostelería, restauración y tecnología alimentaria, así como al cuerpo de profesores y alumnos de otras especialidades, sobre la importancia de mantener una actitud despierta y crítica en relación a lo que comemos y por qué lo comemos. 

La presentación ha estado a cargo de Josep Marco Sanasano, Responsable y dinamizador del Convivium Valencia, Jordi Bresó –panadero y pastelero Slow- y Lluis Peñafort –Chef Km0-, con el apoyo y organización de Carmen Robles y Pascual Laza, orientadora y profesor –respectivamente- del Instituto. 

Lluis Peñafort, destacó la importancia de cultivar la identidad alimentaria desde la responsabilidad del cocinero con su entorno abarcando a los productores, el medio ambiente y los comensales. Recalcó que el proceso de crear una memoria gustativa se logra ejercitando cada día la degustación de los alimentos que consumimos. Tomarse unos segundos para saborear un bocado y almacenar impresiones en la memoria visual, gustativa y olfativa, sin olvidar las texturas, para construir un referente con el cual valorar y poder exigir que la identidad del alimento se mantenga y de enaltezca.

Por su parte, Jordi Bresó insistió en la importancia de mantener vivos los recetarios tradicionales y esforzarse en evaluar la materia prima para seleccionar con criterio, aquella que establezca una simbiosis entre la calidad, el compromiso ético con los productores de proximidad que elaboran alimentos, sanos, buenos y justos y el placer gastronómico. 

Desde la óptica de Josep Marco, lo importante de comunicar la filosofía Slow Food está en fomentar la curiosidad de las personas para que puedan decidir sobre sus elecciones alimentarias, con conocimiento de las implicaciones que tiene una u otra forma de producir, procesar, comercializar y consumir alimentos. 

En torno al tema de los Restaurantes Km0 la charla se complementó con un taller demostrativo de elaboración de turrón de cacau del collaret y hummus de garrofón, que los asistentes pudieron degustar, y que sirvió de acicate e inspiración a plantearse formas creativas de preparar y presentar platos de otras latitudes o recetas olvidadas, conectándolos con la identidad de la región, para que tengan cabida en las propuestas de los restauradores,  satisfagan y sorprendan las expectativas de los comensales, a la luz de las tendencias actuales de la gastronomía.