Rataplam, rataplam, os presentamos Slow Fish 2009

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La cuarta edición de la feria dedicada al mundo pesquero, en Génova del 17 al 20 de abril

Vuelve del 17 al 20 de abril de 2009 Slow Fish, organizado por Slow Food y la Región de Liguria, con el respaldo del Ayuntamiento de Génova, la Provincia de Génova, la Fundación Carige y la Cámara de Comercio de Génova, en colaboración con el Ministerio italiano de Política Agrícola, Alimentaria y Forestal. El evento internacional de periodicidad bienal totalmente dedicado al mundo de la pesca y a su problemática, en esta su cuarta edición  se instala en un espacio de gran encanto: el nuevo pabellón de la Feria de Génova, que se asoma directamente al mar y ha sido proyectado por el arquitecto Jean Nouvel.

En Slow Fish, a través de simposios, encuentros, laboratorios y degustaciones se habla de producción pesquera sostenible y consumo responsable en lo que respecta al mar y a los ecosistemas acuáticos.

El Mediterráneo, mar sobre el que se asoma Génova, es un espacio geográfico que conlleva una identidad fuerte, en la cual se encuentran y se confrontan distintas culturas. Por eso Slow Fish constituye una ocasión importante de debate sobre el futuro de un sector que afecta a 18 países, pertenecientes o no a la UE, sobre todo a la luz de las nuevas normas, más restrictivas, sobre la pesca, que entrarán en vigor en 2010 para los Países Comunitarios que se asoman al Mediterráneo.

En todos los eventos con sello Slow Food juega un papel cada vez más central la educación del gusto. En este contexto, las buenas medidas a adoptar para ayudar al Mediterráneo a vivir se convierten en el leitmotiv de la feria. Bajo esta perspectiva, la novedad de la edición de 2009 es el personal shopper, un experto que acompaña a los visitantes entre los mostradores del mercado durante la compra del pescado para descubrir la inmensa variedad del universo pesquero y dar relieve a aquellas especies, en ocasiones poco conocidas, que resultan excelentes en la cocina. La didáctica del evento continúa con L’alice nel mare delle meraviglie (La anchoa en el mar de las maravillas), un espacio donde se aprende a reconocer y a elegir el pescado a través de un programa creado específicamente para los escolares, y Gusto o sbagliato (Gusto o equivocado), un recorrido dedicado a los más pequeños hacia el descubrimiento de los 5 sentidos.
Por su parte, los dos laboratorios Pensa che mensa (Piensa qué comedor) están organizados para el encuentro y debate entre los expertos del sector y los operadores sobre los temas más candentes que afectan al pescado en el campo de la restauración colectiva. Vuelve también la campaña Mangiamoli giusti (Comamos los adecuados): aprender las normas para la adquisición y el consumo conscientes e inteligentes de los productos pesqueros.

Tan rica como siempre se presenta la sección expositiva y comercial de Slow Fish. No podía, pues, faltar el mercado, lugar donde se transmitan conocimientos e indicaciones aplicables a la compra diaria. Aquí es posible encontrar pescado fresco y en conserva, aceite, especias, sal, algas y sus derivados. A los expositores y extranjeros, se les ha pedido que no utilicen conservantes y aromas artificiales y no vendan atún rojo, pez espada, anguila y salmón, especies en serio peligro de extinción.

También en el interior del mercado se encuentran los Baluartes del mar (19 italianos y 11 internacionales) y 10 comunidades del alimento, ejemplos concretos de cómo pueden vivir los pescadores en sintonía con su propio territorio, preservando la fauna acuática y potenciando su trabajo a través de la oferta de un pescado bueno, fresco del día, junto a elaborados de calidad.

En Slow Fish los momentos de información y profundización se afrontan en los Laboratorios del agua, mientras vuelve, como en todos los eventos de Slow Food, las degustaciones guiadas de los Laboratorios del Gusto.

Pero la cultura también se hace en la mesa, y ahí está la Enoteca, donde pueden probarse los vinos que mejor casan con los platos a base de pescado, y las Hosterías del mar, las Islas del Gusto y las Cocinas callejeras, para experiencias nuevas hacia el descubrimiento de las especialidades gastronómicas de los territorios más dispares.

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